CRETA, RODAS Y KARPATHOS. REVISTA ALTAIR 53

CRETA, RODAS Y KARPATHOS. REVISTA ALTAIR 53

AA.VV

5,95 €
IVA incluido
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Editorial:
ALTAÏR
Año de edición:
2008
Materia:
Revistes viatge grècia
Idioma:
Castellano
ISBN:
978-92-0-007432-5
Colección:
Heterodoxos
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MÁS QUE UNA ISLA, UN CONTINENTE

Creta seduce a través de la piel, la emoción y el reconocimiento: naranjos y olivos, montañas abrasadas, el azul del mar, pulpos secándose al sol, barrancos, santuarios de cien épocas y creencias, niños que pelotean, viñas, cabras… Más que una isla, es un continente, un mundo. No por su tamaño, ni por la demografía, pero acumula tanta historia, tanto éxtasis y tanto sufrimiento, que su aprendizaje requiere tiempo. También la orografía: tres grandes macizos se alzan en un palmo de terreno y superan ampliamente los dos mil metros de altitud. Un sendero señalizado, el E-4, hilvana sus soledades y ofrece una de las experiencias pedestres más excitantes en Europa. Su trazado acerca, además, a varias de los miles de cuevas que agujerean la corteza insular. Allí se escribieron memorables episodios de nuestro acervo común: generosa, contradictoria, Grecia nos obsequió muchos de sus mitos en la isla, antes de relativizarlos con la razón en Atenas.

Entre montañas y mar, se suceden los bosques de cipreses, robles, castaños, los encinares, los campos de frutales e incluso exóticos palmerales en el litoral. También los plátanos, que colonizan las plazas de los pueblos y brindan su cobijo durante la canícula. Ahí, en las mesas de los cafés, al fresco, vaso de vino en ristre, los lugareños debaten sobre asuntos candentes de la política local, o de la inminente y bulliciosa ceremonia —bautizo, enlace, sepelio…— que los reagrupará a todos, residentes y emigrantes, durante horas o días. También, sobre las últimas creaciones de los poetas griegos actuales. Porque el aspecto rústico de los contertulios no debe engañar: este es un país de cultura; mucha, profunda. Desde los tiempos minoicos, cuando la isla nutrió la primera gran civilización europea que se conoce. Entonces, como hoy, Creta ya miraba a África o a Asia Menor tanto como a Atenas, sin por eso dejar de ser la más esencialmente griega de todas las islas.

Sobre todo eso trata este monográfico. También de las presencias veneciana y otomana, o del protagonismo de la Iglesia Ortodoxa en el día a día, adquirido merced a su implicación en todas las refriegas contra cualquier poder ilegítimo. Por último, proponemos un salto a dos islas tan cercanas como interesantes: Rodas, un ciclópeo vestigio de los tiempos de las cruzadas; y Karpathos, más agreste y tradicional.

Las tres, Creta, Rodas y Karpathos, destilan luz, belleza y sabiduría; las tres son Grecia químicamente pura.