ALTAÏR 52 - LA NUEVA CHINA

ALTAÏR 52 - LA NUEVA CHINA

 

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EAN:
8811812002074
Materia:
Revistes viatge xina
Idioma:
Castellano
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LA MISMA VELOCIDAD CON OTRAS NORMAS

Durante los últimos sesenta años, China ha hecho un esfuerzo descomunal para alimentar a centenares de millones de sus ciudadanos que vivían en la miseria. Todo se supeditó a ese objetivo, y cuanto pudiera ralentizarlo, se ignoró —o reprimió— sin ninguna contemplación: derechos individuales, medio ambiente, creencias religiosas, identidades distintas de la mayoritaria… El sacrificio ha sido grandísimo; el dolor causado, ingente. Pese a todo, China, hoy, come. Por eso, el país está en condiciones de encarar nuevos retos. El primero, el mayor, definir cómo quiere ser en el futuro. Y pretende hacerlo, además, sin detener su vertiginoso desarrollo. Sobrada de dinero gracias a las exportaciones, reconstruye sus ciudades sin reparar en medios, seducida por la arquitectura y el urbanismo más futuristas. Ese escaparate deslumbrante no contradice el desafío de seguir generando alimentos suficientes para que más de mil trescientos millones de personas coman varias veces al día.
China, efectivamente, aspira a crecer más, a crear más riqueza y a repartirla mejor, y el motor de ese cambio, la fuente de las ideas y de los proyectos, es el este del país, la región que aborda este monográfico. Su vitalidad sacude la totalidad del territorio, desde el desierto del Gobi hasta las montañas de Sichuan o Yunnan. Sin embargo, ese desarrollo solamente será sostenible si se replantea la gestión ambiental; la contaminación es una nube que se cierne sobre el futuro. Por otra parte, el aumento del nivel cultural y de vida exigirá, necesariamente, mayores libertades y la participación de los ciudadanos en las grandes decisiones colectivas. El futuro es todavía incierto, pero, con seguridad, no se parecerá al pasado, ni siquiera al más reciente. Ojala incluya el respeto a la diferencia entre sus logros.
Hoy, China está de moda…, como siempre estuvo. Pero ya no es solo por su exotismo, su civilización milenaria o sus valores eternos. La Gran Muralla o la Ciudad Prohibida permanecen como imanes para los viajeros. No obstante, estos tienen muchas otras razones para la visita, por encima incluso de los Juegos Olímpicos de Beijing o de la Exposición Universal que Shanghai organizará en 2010. Por ejemplo, la fascinación de descubrir un país capaz de pasar de una situación medieval al siglo XXI en menos tiempo del que dura una vida humana media, y sin más recursos que el tesón y el sacrificio de sus gentes.